1) Primera idea: Dios no eligió un pueblo, sino que se creó un pueblo. De hecho el pueblo de Israel no existía cuando Dios llamó a Abraham. Dios, a partir de Abraham, se forma su pueblo.
2) Segunda idea: Lo mismo pasa con nosotros: cuando Dios nos elige nos recrea. Así dice el salmo: "¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme".
3) Tercera idea: Es necesario dejarnos recrear por Él. Poner nuestra vida en sus manos. Por eso Jesús pide la fe en Él para hacer milagros en nosotros. El evangelio de hoy dice: “no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente".
Aplicación: Muchas veces, viendo nuestros pecados y nuestras debilidades, no tenemos fe en el poder de Jesús. Decimos: “la santidad no es para mí”. Nos cerramos de ese modo a su obrar creador en nuestras almas.
Pidamos perdón; arrepintámonos de nuestros pecados; entreguémosle toda nuestra vida y Él creará en nosotros un corazón nuevo.
Hoy, día del Sagrado Corazón, recordemos cómo dice el canto:
Aunque sienta venir la desconfianza
y os obligue a mirarme con desvío
no será confundida mi esperanza
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
Padre Pablo Rossi, IVE
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